Así son los colegios que ya cuentan con un coordinador de bienestar

 

Muchos centros disponen ya de figuras para la prevención y protección frente a la violencia en el ámbito educativo como las que acaba de proponer el Gobierno

MADRID Actualizado: Guardar

«En los centros escolares las cosas pasan. De hecho nosotros tuvimos aquí a la Guardia Civil la semana pasada», reconocen desde uno de los colegios que, desde hace años, tienen en su plantilla personal que desempeña las funciones de delegado de Protección y coordinador de Bienestar que propone el Gobierno de cara al próximo curso escolar 2021-22. En estas instituciones, conscientes de que ambas figuras son «absolutamente necesarias para proteger a los menores frente a la violencia», quienes están ejerciendo hasta el momento estas labores son, en su mayoría, los orientadores, psicólogos o mediadores, además de profesores voluntarios.

Estos profesionales, a pesar de verse reconocidos en la propuesta, reclaman «que la creación de estas dos nuevas figuras vengan acompañadas de una normativa que recoja de forma clara y concisa las funciones de estos coordinadores, así como las tareas básicas que deben realizar, incluso cómo actuar en casos que pudieran requerir la actuación de los servicios sociales», tal y como sugiere la directora del Colegio Los Robles, Ana Martínez.

Colegio San Viator

Concertado

En este colegio no es algo en absoluto novedoso, pues desde hace más de diez años un grupo de docentes –a través del Equipo de Mediación y Tratamiento de Conflictos (EMTC)–, trabaja codo a codo con los alumnos ayudantes en la prevención de los problemas relacionales en el centro. Gracias a ellos, explica el director del Colegio San Viator de Madrid, Javier Pizarro, «detectamos prematuramente la gran mayoría de enfrentamientos que pueden llegar a convertirse en casos de acoso-bullying y, cuando han ido a más, resolverlas satisfactoriamente, tanto para la víctima como para el victimario».

En el mundo de relaciones de la escuela, reconoce, «hay numerosas situaciones que devienen en conflicto de las que los adultos no somos ni mínimamente conscientes, por lo que estas nuevas figuras son absolutamente imprescindibles».

No obstante, remarca Pizarrol, «pensar que solo por designar a una persona encargada de este cometido se van a solucionar estos problemas es pecar de ingenuidad. Es necesario conformar equipos estables de trabajo en los centros educativos y diseñar planes de actuación que involucren al resto de la comunidad educativa, principalmente a los alumnos».

Los Robles

Concertado

Siete años llevan en el colegio Los Robles (Madrid) al amparo de la figura del Defensor del Alumno. Se trata, explica la directora del centro, Ana Martínez Viejo, «de un profesor del colegio que es cercano, cariñoso, accesible, al que los estudiantes no dudan en acudir para expresar sus inquietudes». Su labor, añade, «va encaminada a mejorar la convivencia en el colegio. Gracias a su trabajo hemos sido conocedores desde pequeños problemas entre alumnos hasta disputas complicadas que, gracias a su intervención, no han escalado a mayores. Los niños pueden dirigirse a él personalmente o a través de un buzón situado en el colegio para tal fin».

Hastings School

Colegio privado

Esta figura es habitual en Inglaterra, donde surgió a raíz de algunos casos muy sonados de maltrato a niños en edad escolar que tuvieron lugar en el país. De hecho, «todo el personal que trabaja en colegios del Reino Unido recibe formación anual y es capaz de detectar los signos de maltrato y actuar para proteger el bienestar de los niños», relata Helen Ormerod, quien ocupa ese puesto en el Hastings School para tratar los casos de los alumnos que están en riesgo. Se tratra de menores, apunta Ormerod, «que se autolesionan, que ven contenido inapropiado en Internet, que padecen enfermedades de ansiedad o depresión, o que atraviesan situaciones familiares difíciles (como separaciones de los padres o duelos)».

Un aspecto que esta profesional destaca favorablemente de esta nueva ley es «que permite compartir información entre los colegios, lo que va a facilitar nuestro trabajo. De manera que cuando llegue un alumno nuevo a un centro que ha tenido problemas en el pasado, se podrá obtener información y compartirla con el personal necesario, de cara a atender mejor las necesidades de ese niño o adolescente. Hasta ahora, compartir información era realmente complicado por la ley de protección de datos. Es importante tener un lenguaje común entre todos los colegios».

British School of Valencia

Colegio privado

La figura del «Wellbeing & Mental Health Lead» que desempeña Arantxa García en el British School of Valencia (BSV) es también herencia de los orígenes británicos del colegio. «Es un cambio cultural muy importante. Es crucial que el alumno se sienta bien y goce de una buena salud mental tanto para el funcionamiento académico como para el rendimiento futuro de una vida plena», concluye García.

Mirasur School

Colegio privado

Estas dos nuevas figuras, asegura Elena Crespo, coordinadora de bienestar y protección de Mirasur School, existían como una sola desde hace dos años el colegio donde ella es subdirectora, y estaban dedicadas «a liderar todo lo referente a la protección del menor y a garantizar los derechos y la integridad física de los niños ante cualquier forma de violencia». Se trata, prosigue, «de proporcionar al niño un entorno seguro donde sienta la confianza de contar lo que le sucede, darles voz».

Las dos figuras, especifica esta profesional, «son muy necesarias, aunque queda mucho por desplegar, como es la formación de los profesionales implicados, etc. Pero es una forma de sensibilizar a la comunidad educativa en el aprendizaje a la hora de prevenir, detectar y proteger». «Concluyo con esta frase de Frederick Douglas: "Es más fácil construir un niño fuerte que reparar a un adulto roto"».

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