Un aumento de casos provocaría un colapso hospitalario con consecuencias
catastróficas porque con el aumento de contagios ya no quedan enfermeras
para contratar
Tirado recuerda que la Enfermería supone “una vocación y entrega impagable,
que pone por delante nuestro sacrificio y arrojo para proteger a la sociedad, por lo
que estamos en nuestro derecho de pedir la responsabilidad y la colaboración de
todos”
(2020-12-18) La falta de personal de Enfermería se hace cada vez más alarmante
en los hospitales de la Comunidad Valenciana. Especialmente, en los centros
comarcales donde la presión asistencial por la pandemia se ha desbordado de forma
exponencial por el aumento de bajas laborales (debido a los crecientes contagios de
Covid-19 y a la extenuación de las profesionales). Las Incapacidades Laborales
Temporales (ILT) han crecido durante las últimas semanas y son “imposibles de cubrir
ante la ausencia de plantillas adecuadas para atender todas las necesidades de los
pacientes”, ha alertado el presidente del Consejo de Enfermería de la Comunidad
Valenciana (CECOVA) y presidente del Colegio de Enfermería de Valencia, Juan José
Tirado.
El representante de la profesión de Enfermería autonómica, ante este nivel de
desesperación de su profesión, hace un llamamiento de auxilio dirigido tanto al
presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, como a la consellera de Sanidad,
Ana Barceló, para que sean conscientes de “la dramática situación de presión que
sufren las áreas de Enfermería de gran parte de los departamentos de salud y que
están abocadas al colapso por los casos de coronavirus, si no hay una reorganización
de las plantillas para adaptarlas a las necesidades reales de las áreas más afectadas de
los centros”.
La elevación de la curva de contagios está esquilmando las plantillas de
enfermeras. Prueba de ello es que en algunos hospitales la tasa de positividad es ya de
25 de cada 100 PCR: “Un claro aviso de que el contacto poblacional masivo está
servido y que se deben buscar soluciones para evitar la transmisión del virus y la falta
de profesionales, porque la situación es que ya no hay enfermeras. Los departamentos
sufren graves problemas para encontrar profesionales para contratar”, continúa el
responsable del CECOVA que exige mayor grado de responsabilidad política y social.
Tirado previene de que cada día “hay más personal contagiado y de baja. Y las
enfermeras que quedan deben asumir el trabajo de sus compañeras, con acumulación
de tareas y cansancio. Las/os trabajadoras/es llevan meses agotadas sin recibir una
solución por parte de las gerencias de los hospitales ni de la Conselleria de Sanidad,
mientras los niveles de absentismo han crecido del 4% hasta cifras cercanas al 20% en
algunos centros hospitalarios comarcales”.
El presidente del CECOVA plantea incluso un “cambio radical” en la política
sanitaria con una “gestión diferente a la actual en la que las infraestructuras no sean el
eje vertebral y se fomenten más las plantillas dimensionadas y acordes a la realidad
asistencial”. Tirado considera “muy importante” la construcción de los tres hospitales
de campaña y la adecuación de pabellones de La Fe de Campanar por si se producen
más picos de contagios, pero “resulta imprescindible la contratación de profesionales
de forma indefinida y no temporal como se ha hecho hasta la fecha, porque la falta de
enfermeras es estructural no coyuntural. Si levantamos centros hospitalarios, como el
de Madrid, en honor de la enfermera Isabel Zendal, y luego no se llenan con los
recursos humanos necesarios el sistema sanitario hace aguas y se convierte en
ineficaz”.
“La necesidad de potenciar la Atención Primaria debe ser el objetivo de los
gestores públicos para descongestionar la Atención Especializada (hospitalaria) y para
modernizar los conceptos de salud entre la población”, según el presidente del
CECOVA, quien asegura que debe cambiarse la mentalidad de una sanidad
medicalizada y basada en tratamientos farmacológicos”, por otra forma de pensar
“basada en la prevención y los cuidados para evitar el ingente gasto en medicamentos
y gran parte de las patologías, que podrían evitarse con unos hábitos saludables”.
Para mejorar la salud de la población, no obstante, Tirado incide en que deben
contratarse a “las enfermeras necesarias para poder atender la tercera ola Covid-19
que ya está llegando” porque “a pesar de que desde el CECOVA advertimos que podría
ser peligroso bajar la guardia durante los días previos y durante las fiestas
navideñas, la relajación social ha puesto en jaque la asistencia sanitaria y ha
saturado los hospitales. Estamos comprobando que la curva ascendente de
contagios ya se ha adelantado, con la consiguiente saturación hospitalaria».
Por ello, sobre la nuevas restricciones que durarán del 21 de diciembre hasta el
15 de enero, el presidente del sector profesional de la Enfermería aplaude que el
‘toque de queda’ se avance a las once de la noche, salvo los días de Nochebuena y
Nochevieja (que será a las 12) y que se aplique el decreto del cierre perimetral con la
restricción de las reuniones a seis personas, tanto en el ámbito público como en el
privado, y siempre que no se superen los dos grupos de convivencia.
Sobre estas nuevas limitaciones avisa de que el aumento de casos positivos
“está menoscabando la salud de los profesionales de Enfermería que atienden a
la población en los hospitales, centros de salud y residencias de mayores. Ya no
pueden asumir más carga de trabajo, la tercera ola puede provocar un colapso
hospitalario, con consecuencias catastróficas, si la población no se lo toma en
serio».
El personal de Enfermería “sufrimos problemas físicos y mentales graves porque
nos llevamos el trabajo a casa. Llevamos en nuestras mentes la inquietud y el
nerviosismo que nos impide disfrutar de nuestra familia, por la precaución de evitar
más contagios. Nos ‘autoaislamos’ socialmente para evitar más transmisión Covid,
mientras vemos irresponsabilidad en algunos sectores de la población”, expone Tirado,
quien recuerda que desde la Enfermería se ve como “una vocación y entrega
impagable, que pone por delante nuestro sacrificio y arrojo para proteger a la
sociedad, por lo que estamos en nuestro derecho de pedir la responsabilidad y la
colaboración de todos”.
Una evidencia que se aprecia en la encuesta de Kayros Salud encargada por
Unión Sanitaria Valenciana (USV) donde se refleja que el colectivo de Enfermería es ya
el grupo profesional más afectado emocionalmente por la pandemia del coronavirus.
En las conclusiones del estudio se observa que las enfermeras son las trabajadoras
sanitarias que mayor sensación de riesgo y desamparo han sufrido, con la consiguiente
ansiedad, siendo también las profesionales que más se han estresado y deprimido
durante las infecciones de Covid-19, tanto en el ámbito profesional como en el
personal.
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