Frutas, legumbres y hortalizas aumentan sus precios en plena lucha contra la obesidad

 

 

 

  • El Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunitat Valenciana denuncia incrementos anuales de hasta el 10% en productos frescos lo que dificulta la elección de alimentos saludables a la hora de hacer la compra

 

  • Los expertos insisten en no percibir la obesidad únicamente como un problema estético, sino que trae aparejadas enfermedades crónicas como hipertensión, problemas cardiovasculares o diabetes

 

  • Desde el colectivo dudan del efecto disuasorio de la tasa a las bebidas azucaradas contemplada en los Presupuestos Generales por tratarse de una medida cortoplacista. Para conseguir un impacto “crónico” demandan políticas de Salud Pública, una firme apuesta por la educación alimentaria y la inclusión de los dietistas-nutricionistas en hospitales y Atención Primaria

 

 

València, 10 de noviembre de 2020.- El Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunitat Valenciana (CODiNuCoVa) ha querido advertir, en el marco del Día Mundial contra la Obesidad que se celebra el próximo 12 de noviembre, de la necesidad de impulsar políticas de Salud Pública y campañas de Educación Alimentaria para poner freno a esta pandemia, que afecta en nuestro país a un 18,2% de hombres adultos y a un 16,7% de mujeres y cuya tendencia va en aumento. Una de las principales reclamaciones del colectivo es que se facilite el acceso a la alimentación saludable y eso pasa por reducir los precios de productos frescos, como fruta, verdura, hortalizas y legumbres, entre otros. De hecho, tal y como señalan, los precios de este tipo de alimentos han aumentado hasta un 10,5%[1] en el último año. “No se trata solo de luchar contra los ultraprocesados, las grasas de mala calidad, el exceso de sal o el alcohol, sino de promover una cultura alimenticia basada en productos de calidad y en materias primas”, ha señalado Paula Crespo, presidenta del CODiNuCoVa. 

 

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, el precio de la fruta fresca ha aumentado en un año un 10,5%, las legumbres y hortalizas un 4,5% interanual y la carne o pescado fresco alrededor de un 2%. “Comer sano no debería ser un lujo. Los factores socioeconómicos son muy relevantes, tanto por lo que se refiere a la esperanza de vida, como al perfil de las personas que padece una enfermedad como es la obesidad”, afirma Luis Cabañas, secretario del CODiNuCoVa.

 

Según el último Informe del Consumo Alimentario en España[2] correspondiente al año 2019 del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, cada español gastó ese año 125,50€ al mes en alimentación dentro del hogar. Comimos más bombones, leche enriquecida o platos preparados, entre otros, mientras que disminuimos el consumo de alimentos frescos como carne o pescado. Una tendencia que, en opinión de los profesionales, se mantendrá mientras no se reduzcan los precios de las materias primas como verduras, huevos, legumbres, frutas o frutos secos. 

 

La tasa a las bebidas azucaradas, sí, pero no en solitario

Tras el reciente anuncio por parte del Ministerio de Consumo de gravar las bebidas azucaradas, los dietistas-nutricionistas reconocen que es una buena medida para luchar contra la obesidad, pero que no ha de realizase en solitario. “Cualquier tasa es cortoplacista porque no desincentiva a quien consume o compra ese producto habitualmente. La medida se aplica, pero luego se olvida. Hay que trazar un plan a largo plazo, una estrategia, para tener una repercusión ‘crónica’. Nuestra propuesta, en línea con lo que propone la OMS, es, en primer lugar, redirigir esa recaudación vía impuestos a iniciativas concretas que palien el problema de la obesidad, como pueden ser campañas de educación alimentaria y políticas de Salud Pública y, en segundo lugar, bajar los impuestos a los productos frescos o eliminarlos en la medida de lo posible”, apunta Cabañas.

 

Sin dietistas-nutricionistas en la Sanidad Pública

Tal y como recuerdan desde el Colegio de Dietistas-Nutricionistas de la Comunitat Valenciana un gran problema que tiene España es que sigue siendo el único país de Europa sin dietistas-nutricionistas en los hospitales públicos. Esas políticas que demandan a las administraciones han de pasar por fomentar la inclusión de estos profesionales sanitarios en los circuitos hospitalarios y en Atención Primaria. “La presencia de dietistas-nutricionistas en nuestra Sanidad es residual. Si queremos educar a la población y enseñar a comer bien no debemos limitarlo únicamente a aquellas personas que puedan costearse este servicio. Nos dirigimos hacia una sociedad envejecida y con enfermedades asociadas crónicas, muchas de ellas evitables. La figura del nutricionista es esencial para mejorar la salud de nuestra población”, concluye Paula Crespo. 

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