Administración, gestión, firma de contratos o el cobro de la renta. Son algunas de las funciones que tiene que realizar el administrador de fincas, una profesión que se encarga de los intereses de las comunidades de propietarios. Estos profesionales están colegiados en los colegios territoriales de la provincia donde ejercen su función y tienen mucha importancia a la hora de asumir una labor tan necesaria en la actualidad. El Colegio Profesional de Administradores de Fincas de Madrid tiene su origen en la Agrupación Sindical de Administradores de Fincas y se encarga de representar a los Administradores de Fincas Colegiados, velar por la ética y dignidad de la profesión y defender los intereses generales de los consumidores. Este sector está integrado por más de 15.000 profesionales, siendo el Colegio Profesional el mayor con prácticamente 3.600 colegiados.

 

La forma de acceso a esta profesión se puede realizar mediante la posesión de determinados títulos universitarios superiores, como Derecho, Economía o Arquitectura, o mediante el plan de estudios de la Escuela Oficial de Administradores de Fincas, autorizado por el Ministerio de Fomento, cuya docencia se imparte en once universidades españolas, mediante la creación de un título propio de cada una de ellas, con un mínimo de 180 créditos y desarrollado en tres años.

La puesta en marcha de las funciones le obliga a tener amplios conocimientos de Sociología, Psicología, Propiedad Horizontal, Fiscalidad, Derecho Administrativo, Civil, Contabilidad, Derecho Privado Registral, Mercantil, Normas técnicas de la Edificación y Conservación de Edificios, Informática y Derecho del Trabajo y Seguridad Social.

El ejercicio profesional del Administrador de Fincas colegiado integra todas las funciones destinadas a la conservación y mantenimiento de los bienes inmuebles encomendados, que normalmente son edificios residenciales, pero también edificios de oficinas, centros comerciales, polígonos industriales, etc. También se encargan de la obtención del rendimiento adecuado y el asesoramiento de cualquier otra cuestión relacionada con los activos inmobiliarios.

El campo de actuación comprende todo el sector inmobiliario. Desde los inmuebles rústicos o urbanos, en régimen de explotación directa, arrendamiento, propiedad horizontal, administración de cooperativas de viviendas y comunidades de propietarios para la construcción de sus viviendas, centros comerciales, campos, etc. Este profesional cuenta con un seguro de responsabilidad civil, a través de sus Colegios.

La administración de estos bienes se dirige al cumplimiento de la normativa legal vigente en materia de conservación, habitabilidad y accesibilidad de los inmuebles, al cumplimiento de la normativa en materia impositiva y a proporcionar la necesaria sostenibilidad de las fincas.

Empleo

Este sector genera algo más de 37.000 empleados vinculados. Esto supone aproximadamente el 1,8% del empleo correspondiente a las profesiones colegiadas. Estos profesionales producen más de 2.100 millones de euros, un 60% de los cuales (1.300 millones) se deben al empleo indirecto o vinculado, mientras que el restante 40% (780 millones) lo genera el empleo directo, según el Colegio Profesional de Administradores de Fincas de Madrid. Al ser una profesión que se ejercer en su mayoría de forma autónoma, no se disponen de datos de paro.

Igualdad de género

Según los datos de colegiación por sexos facilitados por el CAFMadrid con motivo del Día Internacional de la mujer, esta profesión avanza decidida hacia la equidad. Isabel Bajo, presidenta del Colegio, indicó que "el número de colegiados mujeres se ha duplicado en los últimos 30 años pasando de representar tan solo un 12% de los colegiados en toda España, a suponer más del 45,25% del total del colectivo a día de hoy". En la Comunidad de Madrid el número de estos profesionales colegiados varones (2.330) duplica al de mujeres (1.159), no obstante, la incorporación de nuevas colegiadas reducirá esta brecha.