La psiquiatría y el problema del agua

 


Como yo no soy experto en los temas del agua, tan solo un aficionado con alguna preparación debido a mi profesión de ingeniero de Caminos, dejo a los que saben, o dicen que saben, que aborden la cuestión por la vía científica y técnica, aunque con escasa fe en ello, dado el nulo interés que muestra este país nuestro por lo que dicen nuestros sabios. Especialmente preocupante es la actitud de nuestros dirigentes políticos cuando en vez de prestarle la atención debida a una cuestión que solo en nuestras tierras afecta a 110.000 familias, pierden el tiempo miserablemente en batallas estúpidas, como el que ha generado el separatismo catalán y otros problemas que tienen que ver con el sexo de los ángeles, perjudicando a España y pasando olímpicamente de las soluciones que aportan nuestros científicos al problema, tratando de solucionarlo o, al menos, paliarlo en todo aquello que sea posible.


Mi escepticismo sobre abordar el problema del agua por la vía técnica y científica nace de la convicción profunda que tengo, y que se acrecienta a medida que me voy haciendo más viejo, de que antes debe abordarse el problema por la vía de la psiquiatría y, solo cuando los psiquiatras, tras un arduo tratamiento de aquellos que tienen la ineludible responsabilidad de tomar las decisiones precisas y necesarias para solucionarlo, nos digan que nuestros protagonistas han superado el estar majaras y se encuentren curados, es cuando los técnicos podrían crear y proyectar las infraestructuras eficaces y de máximo rendimiento hídrico y económico, para que les dieran el visto bueno y las pusieran en marcha, al margen de las visiones cainitas, claramente egoístas y perjudiciales para el bien general que tienen las autonomías y muchos de los usuarios del agua para la globalidad solidaria de la economía de España.


Para demostrar que no ando equivocado voy a transmitirles algunos datos, sin ánimo de ser exhaustivo, que he podido aprender escuchando a los sabios en una reciente jornada técnica en Orihuela, de la que nadie parece haberse hecho eco, salvo para hacerse una foto unos poquitos políticos. (Me congratula que escribiendo este artículo, la Cámara de Comercio se haya manifestado sobre el asunto).


¿Cómo es posible que la Unión Europea y el Gobierno español consienta en tener en el Segura la única cuenca deficitaria hídricamente que existe en todo su territorio y no haya podido ponerle solución, cuando la capacidad y calidad de lo que se deriva productivamente del agua en ella es de gran importancia? De pura psiquiatría.


¿Cómo es posible que sistemáticamente se esté poniendo en cuestión el trasvase Tajo-Segura con políticas de corto alcance teniendo un valor patrimonial de 21.000 millones de capitalización, en vez de aprovechar los dineros que se pagan por el agua trasvasada en potenciarlo, cuidarlo y mejorar la propia cuenca del Tajo y el uso eficaz de la misma en beneficio de los ciudadanos, en vez de darle los dineros a las autonomías (según una ley de 1986 posiblemente ilegal al ser los ríos del Estado) para gastarlo con rendimientos muy discutibles, por no decir improcedentes? De pura psiquiatría.


¿Cómo es posible que nuestros queridos compatriotas valencianos nos obliguen a traer el agua del azud de la Marquesa al Vinalopó, en vez de Cortes de Pallás, sabiendo que tiene un coste energético del doble y que es antieconómica, transportando además un agua contaminada a más no poder y sin resolver el problema plenamente, porque se necesita mucha más agua que la prevista, unos 30 hm3, de otro punto más sensato? De pura psiquiatría.


¿Cómo es posible que no se hayan invertido los dineros necesarios en depuración de las aguas, que proporcionaría, por ejemplo, al campo de Elche, unos 11 hm3 y podrían alcanzarse los 70 hm3 en general? De pura psiquiatría.


¿Cómo es posible que la depuradora de Torrevieja se haya torpedeado en su puesta a punto, limitando su capacidad a 80 hm3 en vez de los 120-130 hm3 que puede desalinizar y que, además, en periodos de sequías no se subvencione el agua, sabiendo el valor añadido que tienen los productos que ella genera, y que vía impuestos se recuperan sobradamente? De pura psiquiatría.


¿Cómo es posible que, sabiendo que la productividad del agua por riego tienes unas ratios que, si no la he pifiado tomando notas, son algo así como: maíz, 0,14?/m3; frutales, 2,50?/m3; hortícolas-invernadero, 13,50 ?/m3; hortícolas al aire libre, 1,60?/m3; y fresas, 3,50 ?/m3; y no se le preste las prioridades que el sentido común dice que deberían aplicarse, obteniéndose los mayores beneficios, asumiendo lógicamente las estrategias obligadas para cada producto? De pura psiquiatría.


¿Cómo es posible que todavía se esté mareando la perdiz por parte de los que riegan y saben de riegos, de si hay que seguir regando a manta o específicamente por goteo y técnicas localizadas en las plantas, sabiendo que puede ahorrase agua, se la contamina menos y los productos obtenidos son mejores? Alguien me lo tiene que explicar mejor que se explicó en Orihuela para que no diga una vez más que es de pura psiquiatría.


Y para acabar: ¿cómo es posible que hoy en día se esté distribuyendo las aguas de riego como se está haciendo, sin que nadie se atreva a regularlo de una forma técnicamente y científicamente sensata, al margen de privilegios y costumbre de la época de los moriscos? De pura psiquiatría.


Podría seguir, pero creo que con esto ustedes se hacen una idea de que el problema del agua hay que solucionarlo de una vez por todas, y de que el mismo no está en los abastecimientos, porque el consumo humano ronda el 15% y el resto se lo lleva la agricultura en su mayor parte. Y, si conseguimos que los responsables del agua abandonen al psiquiatra y apliquen el sentido común, viviríamos más felices, incluso en las épocas de sequía y ganaríamos todos económicamente.

Compartir en... Compartir en Facebook Compartir en Twitter

© UPA - Unión Profesional de Alicante

Esta web utiliza cookies…+info