Juan Antonio Cremades: “Sin Colegios Profesionales serios no puede haber abogacía independiente ni Estado de Derecho”

Juan Antonio Cremades: “Sin Colegios Profesionales serios no puede haber abogacía independiente ni Estado de Derecho”

Luis Javier Sanchez
29 Abril, 2017
 

Juan Antonio Cremades, abogado experto en temas procesales y de arbitraje, recuerda en esta entrevista con Confilegal cómo surgieron los Encuentros en Madrid que este año cumplen su novena edición. Y, defiende el papel colegial. Sin Colegios Profesionales serios no puede haber abogacía independiente ni Estado de Derecho”.

Cremades señala que “Había que colocar al Colegio de Abogados de Madrid en el mapa y ser una referencia como ya era París y otros colegios europeos que organizaban eventos similares. Se trataba también de dar a conocer la abogacía madrileña fuera de España”. Por ello, rememora esa conversación que mantuvo con Antonio Hernandez-Gil, decano de la entidad madrileña poco después de tomar posesión de ese cargo en 2007.

Fueron los pasados 3 y 4 de octubre del 2008 cuando se puso en marcha la primera edición balo el título “La abogacía en un mundo sin fronteras”.  “Los temas que se trataron tuvieron que ver con el trabajo de la Corte Penal Internacional, el pro bono y la responsabilidad social corporativa de los abogados, el arbitraje mercantil internacional y los Tribunales de Derechos Humanos”, recuerda Cremades, como responsable de ese evento.

El tirón fue notable porque vinieron representantes de los principales Colegios de Abogados del mundo occidental, especialmente europeos e iberoamericanos.

Un año ese de 2008 donde el malogrado Fernando Pombo ejercía como presidente de la International Bar Association (IBA), Héctor Díaz Bastien de la Unión Internacional de Abogados y Luis Martí Mingarro de la Unión Iberoamericana de Abogados (UIBA). Todos ellos abogados colegiados en Madrid.  “A todos ellos y a Carlos Carnicer que en aquel momento era presidente del CGAE, les dimos la Medalla de Honor del Colegio, galardón que en años sucesivos se ha dado a otros juristas pero su origen data de este momento concreto”.

Nuestro interlocutor Juan Antonio Cremades ha sido un abogado adelantado a su tiempo. Abogado del Real e Ilustre Colegio de Abogados de Zaragoza desde 1961, también está colegiado en Madrid y París.  Por su trabajo ha viajado por todo el mundo. Fue miembro de la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados de París de 1992 a 1995, siendo la primera persona no francesa elegida para dichas funciones y presidente de la Unión Internacional de Abogados entre 2007 y 2009, momento de caída del Muro de Berlín “eso me animó a conocer la abogacía de la mayor parte de los países del mundo”, aclara.

Después de nueve años de este evento internacional Cremades cree que “la imagen del Colegio de Abogados de Madrid ha mejorado ostensiblemente. De hecho cuando hay asuntos relacionados con España normalmente los compañeros de otros países acaban viniendo a Madrid. En la UIBA, como motor de la abogacía iberoamericana es elemento importante”.

De los personajes con los que ha convivido en esas cinco ediciones que organizó se queda con “Titinga Frédéric Pacéré, decano del Colegio de Abogados de Burkina Faso y Mario Stasi recientemente fallecido y exdecano del Colegio de Abogados de París, hijo de padre español y de madre cubana”.

De estas reuniones se hicieron amigos de diferentes países que procuraban encontrarse en diferentes Congresos. Ese fue el caso del propio Juan Antonio Cremades y ese peculiar quinteto formado por “Javier Quijano, Miguel Estrada, ya fallecido, Javier Sancho Arroyo, Mario Stasi y yo. Creo que nos hemos paseado por todo el mundo en diferentes congresos. En muchos de ellos solíamos cantar “ Madrid, Madrid, Madrid, aquel chotis de Agustín Lara. Así lo hicimos en Berlín, México y otras ciudades del mundo.

Sobre el trasvase de poderes en cuanto a la organización de estos eventos señala que “se ha hecho de forma muy natural. Creo que la actual Junta de Gobierno que preside Sonia Gumpert está haciendo un notable trabajo. Agradezco a Alejandro Alonso, diputado de la actual Junta y coordinador de estos Encuentros ahora, la mención pública que en la mañana de la jornada de viernes hizo de mi presencia. Es una gran satisfacción ver que “Encuentros en Madrid cada vez va mejor y está mejor implantado. Los temas, como se han visto en esta IX Edición son de plena actualidad”, destaca.

De esta novena edición señala como uno de los momentos más emotivos “el vivido en el Ateneo Madrileño con la entrega de las Medallas de Honor.  Ha sido muy emocionante ver como la mujer del abogado del Turno de Oficio, Oscar Melchor Rodríguez, fallecido recientemente, recogía esa medalla y que su hijo Oscar leía una emotiva intervención en la que ha manifestado que su padre era “un enamorado de su familia y amigos, y en segundo lugar de su profesión”.

Esa Medalla de Honor que el bueno de Juan Antonio también tiene desde hace dos años en sus vitrinas al igual que el diploma a los cincuenta años de ejercicio profesional.” Mirando la vista atrás creo que mi vida ha sido muy interesante. Con momentos inolvidables y otros duros como es la profesión de abogado”. Recuerda que hace algunos años un amigo íntimo se prejubiló a los 55 años “menos mal que no le hice caso porque me hubiera perdido muchos momentos importantes de la abogacía”.

Los colegios de abogados, defensores de la profesión

Para este veterano trotamundos jurídico “la labor de los colegios de abogados es muy importante en una sociedad como la actual. El abogado no puede estar solo. Debe estar respaldado por su Colegio porque hablamos de una profesión de riesgo importante. Todavía en este siglo XXI hay muchos países donde es muy peligroso ser abogado”.

Juan Antonio Cremades, un abogado adelantado a su tiempo.

Recuerda la defensa que siendo presidente de la UIA hizo a un abogado africano cuya libertad pendía de un hilo “Le dije al ministro de Justicia, también militar, que si se le sancionaba a aquel compañero, a mi vuelta a Europa le haría un reconocimiento de abogado a nivel mundial. Ese miedo a que se diera a conocer la vulneración de los derechos humanos hizo que al final fuera absuelto”.

El abogado no tiene una patente de corso para hacer lo que quiera. Tiene que respetar cuando ejerce los principios esenciales deontológicos de la profesión

Sobre la libertad de expresión del abogado, uno de los temas de estos IX Encuentros en Madrid, Cremades indica que “hay que darse cuenta que el abogado no tiene una patente de corso para hacer lo que quiera. Tiene que respetar cuando habla los principios esenciales deontológicos de la profesión. Lo que se debe proteger es al propio abogado porque en algunas ocasiones debe hacer algunos comentarios desagradables para defender a su cliente pero siempre sin salirse de esos principios que comento. El papel de los Colegios de Abogados es velar por aquellos comportamientos de los letrados que no estén dentro de lo que se entiende como libertad de expresión”.

“El abogado no tiene una patente de corso para hacer lo que quiera. Tiene que respetar cuando ejerce los principios esenciales deontológicos de la profesión”. Y “los Colegios de Abogados están concebidos para proteger a sus colegiados de los poderes públicos y grupos de presión. Por eso la relación existente entre poder público y entidades colegiales nunca fue buena”, indica Cremades.

Para Cremades la irrupción de Internet no debe cambiar en exceso la relación entre abogado y cliente “hablamos de una relación de confianza entre dos partes. Es mejor que le atienda un abogado que una máquina porque se tomará realmente más interés en su caso”.

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