Cultura: del Código de Buenas Prácticas al Plan Estratégico


ANTONIA MONTANER Valencia 10 NOV 2015 - 13:00 CET

El Código de Buenas Prácticas en la Cultura Valenciana propone prácticas recomendables para una buena gestión y establece los procedimientos más adecuados para que esta gestión se realice de una manera transparente, bajo criterios de eficacia, eficiencia y economía. La Consejería de Cultura propone buenas prácticas en valores éticos, en materia de RR. HH. y selección de puestos de responsabilidad, en la gestión de los centros públicos y en la evaluación de la calidad de servicios.

El documento propuesto marca unos puntos básicos para empezar a funcionar y desde la Consejería animan a otras instituciones, ayuntamientos, diputaciones, a que hagan lo mismo. “Nosotros ya hemos empezado” afirma Albert Girona, secretario autonómico de Cultura y Deporte. “Otras instituciones, como el Ayuntamiento de Vinaroz, el teatro El Musical, que depende del Ayuntamiento de Valencia, o la Diputación también han recogido la idea y se han adherido al código. Ellos desarrollarán sus propios procedimientos, elegirán sus responsables y desarrollarán sus políticas ateniéndose al espíritu del código. Nos debe de servir para que todos, profesionales, empresas, universidades, partidos políticos, nos pongamos de acuerdo en una serie de pactos para la cultura”, agrega el consejero.

 

El Código de Buenas Prácticas insiste en la transparencia de los procedimientos. Establece sistemas de control y propone la reducción de números de políticos a la hora seleccionar directores y otros cargos relevantes. “Los órganos de selección estarán formados por políticos, miembros de la sociedad civil como Colegios Profesionales o elConsell de Cultura, y profesionales del sector elegidos por sus propias asociaciones", explica Girona. “El número de políticos no superará el 30% y esto democratizará sin duda todas las decisiones. Estos porcentajes se mantendrán también en las comisiones de reparto de subvenciones y otras ayudas", subraya.

 

Pero el Código de Buenas Prácticas, sin duda una buena herramienta para empezar a caminar, no es más –ni menos- que unas reglas de juego y ahora urge empezar a jugar. El sector de la cultura ha sido especialmente castigado estos últimos años y esperan impacientes medidas concretas. “La gente está pasándoselo muy mal”, afirma el consejero. “Entiendo que se sientan decepcionados porque las soluciones no llegan con la rapidez que ellos esperan. Pero es que nos han dejado un campo minado, con una legislación que es una auténtica maraña que hay que desenmarañar y no es fácil. Pero ya estamos empezando a materializar las cosas y esa será la única manera de volver a recuperar la confianza de la gente, cuando las palabras se conviertan en hechos”, sostiene. 

 

En estos momentos cuentan ya con un plan económico a cuatro años y están en disposición de elaborar un plan estratégico realista, acorde a los principios del código. “No hemos podido poner todo lo que nos gustaría porque la realidad financiera es la que es, pero ya hemos hecho algunos guiños a aquellos sectores que se lo están pasando peor”, añade Girona. “Por ejemplo para Teatros, que han sufrido políticas de lo más erráticas estos pasados años, entre lo que se va a invertir para Televisión Valenciana, que se abrirá en la primavera del año que viene, y en el mundo de las artes escénicas en general, son casi 15 millones los asignados, de tres millones hemos pasado a quince. Y también desde la Consejería hemos duplicado las ayudas a Teatros”, agrega el responsable de Cultura.

 

Hasta el momento la Consejería ha mantenido reuniones con los diferentes agentes del mundo de la cultura para recoger sus propuestas, inquietudes y demandas. También se han acordado las reglas de juego y ya saben los presupuestos asignados, sólo queda decidir qué se hace, cómo se hace y empezar a hacerlo. “La idea es que nos sentemos todos a elaborar ese plan estratégico”, indica Girona. “Esta semana nosotros planteamos ya el equipo encargado de llevarlo a cabo. Hemos empezado a crear comisiones en las que estén representados todos los sectores. Y a partir de diciembre se van a empezar a ofertar plazas de responsables para distintas áreas”, comenta.

 

Todo da a entender que las palabras por fin han dado paso a los hechos. Lo necesita el mundo de la cultura, los profesionales, las empresas, porque no hay trabajo y sin trabajo no se puede vivir. Y lo necesitan los ciudadanos, porque la cultura es buena para todo, ayuda a crecer, a ser más libres, incluso ayuda a ser más felices, que falta nos hace en estos tiempos tan complicados.

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